Los agricultores necesitan nuevas ideas y los investigadores necesitan datos. Cuando estos dos grupos profesionales se reúnen en el marco de la investigación colaborativa o participativa, a menudo no está claro quién tiene que evolucionar en qué dirección: ¿los agricultores deben aprender sobre los protocolos de investigación, recogiendo y analizando sistemáticamente los datos, o los investigadores necesitan nuevas ideas de los agricultores para orientar su programa de investigación?
Cuando los beneficiarios de la Fundación McKnight del África Occidental se reunieron recientemente en Montpellier, Francia, en una reunión de la Comunidad de Práctica (COP, por sus siglas en inglés) para compartir experiencias, fue refrescante ver cómo esta red ha asumido con el tiempo algunos valores clave sobre la investigación con los agricultores en materia de agroecología, como una forma de avanzar hacia un sistema alimentario más justo y equitativo que cuidará de las personas y el planeta.
Entre las más de 60 personas de organizaciones de agricultores, ONGs, institutos de investigación y universidades de Malí, Burkina Faso y Níger, me alegré de encontrarme con algunos viejos amigos. Ali Maman Aminou es agricultor y director de la federación de sindicatos de agricultores de Maradi (FUMA Gaskiya), una de las principales organizaciones de agricultores de Níger.
En el 2011, Aminou fue una de las doce personas a las que formamos durante un taller intensivo de dos semanas sobre la realización de videos de formación de agricultor a agricultor de calidad. Desde entonces, Aminou ha utilizado el video en sus interacciones con el creciente número de miembros, que ahora son unos 18.000.
La serie de 10 videos sobre la gestión integrada de la estriga y la fertilidad del suelo que se elaboró con el ICRISAT y sus socios se tradujo al haussa, lo que la convirtió en una herramienta ideal para desencadenar animados debates con las comunidades agrícolas. La estriga es una mala hierba parásita que se adhiere a las raíces de los cultivos de cereales, privando así al cultivo del agua y los nutrientes que necesita.
"Durante una de las tardes en que mostramos los videos", cuenta Aminou, "uno de los agricultores habló y dijo que le gustaban los videos, pero que ellos tenían otra tecnología para combatir la estriga que también era eficaz".
Aminou escuchó atentamente mientras el hombre continuaba explicando que los agricultores mezclan sus semillas de mijo con la sustancia polvorienta que se encuentra alrededor de las semillas del neré, un árbol común en toda África Occidental. Cuando los agricultores siembran mijo, el polvo de neré aparentemente inhibe la germinación de las semillas de estriga en el suelo.
"Esto es increíble", le dije a Aminou. "Sería genial si pudieras convertir esto en un video de formación". En ese momento, se hizo evidente hasta qué punto los agricultores y los investigadores habían empezado a interactuar como actores iguales. Aminou se dirigió rápidamente a Salifou Nouhou Jangorzo, profesor de la Universidad de Maradi (Níger), que se había unido a nuestra conversación, y le dijo: "Tenemos que averiguar más sobre esta práctica. Necesitamos todos los detalles de cómo lo hacen los agricultores".
El profesor Salifou parecía sorprendido al principio; nunca había oído hablar de esta práctica, pero tras 5 minutos de discusión con Aminou se convenció. Resulta que está planificando una encuesta sobre una tecnología de deshierbe que ahorra mano de obra, por lo que decidió en el acto que añadiría a su encuesta algunas preguntas sobre la lucha contra la estriga con neré.
Los videos de formación de agricultor a agricultor, como los de la serie sobre la estriga, animan a los agricultores a experimentar con nuevas ideas. También dan confianza a los agricultores para que compartan abiertamente sus experiencias, conocimientos y prácticas de la vida real.
A través de una red funcional, estas ideas pueden llegar a los investigadores. En una red de investigación progresiva y colaborativa, la comunicación no es un producto final en sí mismo, como ha demostrado Aminou, sino que alimenta una vida de aprendizaje para hacer que la agricultura sea más resistente, rentable y responda a las necesidades de los agricultores.
La búsqueda de un punto en común entre investigadores y agricultores no se produce de un día al otro, sino que requiere un esfuerzo concertado y a largo plazo.
Nota
El nombre científico del árbol neré es Parkia biglobosa, también conocido como algarrobo africano.
Agradecimiento
Apreciamos enormemente los esfuerzos y el compromiso del Programa de Investigación de Cultivos en Colaboración (CCRP, por sus siglas en inglés), apoyado por la Fundación McKnight.
